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miércoles, 11 de junio de 2008

Nancy Ramos

En 1972 se hizo mundialmente famosa una canción titulada Esse mar é meu; uno lee o escucha esa frase y ya se está imaginando una mulata inmensa y sudorosa bamboleándose en la playa. Su autor es un ícono de la samba, el brasileño Joao Nogueira, y quien la puso a sonar en las radios de todo el planeta fue una cantante que, al menos en el ámbito internacional, no pegó otros éxitos ­(ni falta que le hacía): Eliana Pittman. La pieza fue una celebración patriótica en Brasil, cuyo gobierno de entonces (la dictadura de Médici) consiguió ampliar el mar territorial de ese país de 12 a 200 millas. Buen negociador el muchacho, ¿ah?
En Venezuela, una mujercita parecida a una miniatura de Marilyn Monroe, y quien debido a cuyos aspecto y candidez en escena se ganó el apodo de "La muñequita que canta", pegó también entre nosotros esta versión, Ese mar es mío. En los labios de Nancy Ramos, aquella pieza original de tonos nacionalistas quedó increíblemente trastocada en canción de cuna. Dirán ustedes que lo mismo le sucedió al Gloria al Bravo Pueblo, y tienen razón.
La que grabó Eliana Pittman en portugués es superior como objeto poético y también musicalmente, pero la gente de nuestro pueblo, y también en otros países de habla hispana, asimiló mejor la versión en castellano; primero, por el idioma, y segundo porque nuestra Nancy le proporcionó ese candor propio de las mujeres que se vuelven tan dulces como la pesadilla de un diabético, y ustedes saben que la cursilería puede llegar a ser un maravilloso condimento afectivo.

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Nancy Ramos LA BAMBOLA

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